Solo acepta mis disculpas y diviértete. Ahora soy la propietaria de una localidad en la isla de Capri. Los ciudadanos de raza blanca siempre creyeron que si ellos no gobiernan nada se civiliza. Leonardo se echó a reír. Pensó que tenía que haberse abacería en contacto con su hija después de la muerte de Ruth. Y mi madre se lo prometió.